domingo, 27 de julio de 2008

DOCE RAZONES POR LA QUE SE DEBE AMAR A LOS ARBOLES


Lic. Marcial Báez

En uno de mis viajes a la ciudad de Zaragoza conocí al Sr. Julián Fuertes Marcuello, el cual me suministró uno de sus artículos, titulado: “¿El amor al árbol y por qué?” donde citaba un opúsculo publicado en Málaga, “El jardín de España en Marbella” del Dr. Ramiro Ramos Turno, en el que escribía sobre todo por el amor al árbol de todos los estamentos sociales, de los chicos de los mayores y que debía empezarse a inculcar a los niños en las esuelas, así como doce razones por la que se debía conservar a los árboles y en la que se compendia la Historia de la Humanidad, relacionada con el árbol, porque desde el primer momento y de forma tan directa ha jugado un papel primordial:


1.- El amor al árbol es un sentimiento noble y grabado e el corazón del hombre culto.

2.- El árbol es un bienhechor de la Humanidad, produce desinteresadamente madera, frutos y mil productos, cambio de una limosa de amor y respeto.

3.- La humanidad debe su progreso al hermano árbol, de madera fueron: la tea, la cuchara, el arado, el carro, sintió la necesidad del camino para establecer el comercio y la solidaridad entre los hombres. El puente de madera es la primera victoria contra los obstáculos naturales.

4.- La madera del primer arado al rasgar las entrañas de la tierra virgen, transformó al hombre nómada en sedentario. Base para formar una patria culta, fuete y amada.

5.- La madera del primer barco rasgo el veo del misterio que envolvía a la ruta azul, desde aquel momento, el mar no fue obstáculo que separa los pueblos sino un lazo de unión.

6.- La madera de los primeros caracteres de imprenta sirvió para generalizar la cultura y propagar rápidamente las ideas. La bandera de la libertad de los pueblos fue confeccionada con la primera hoja impresa.

7.- LA madera constituye la base para la fabricación de papel, primera materia para formar libros y periódicos; vehículos que transportan las ideas a través de todas las fronteras, latitudes y lenguas.

8.- La hoguera fue el primer telégrafo de la Humanidad. Los augaros y las atalayas, como dioses mitológicos, anticipan las noticias.

9.- El hombre que tala cien árboles y no planta doscientos, hace emigrar a una familia.

10.- El salvaje que incendia un bosque, destruye un pueblo.”

Y expresa el Sr. Julian Fuertes, “que este amor hacia los árboles se debe a que son creadores de salud ( fuente de oxigeno) y riqueza ( aprovechamiento), sin pedirnos permiso en cambio en la mayor parte de los casos, mas que una limosa de amor y respeto”.

Estas consideraciones nos permiten reflexionar sobre la importancia del árbol para el ser humano, y en este tiempo donde el clima ha estado cambiante y sorpresivo, donde el hombre, sobre todo en la mayoría de los países ha ido depredando la flora y la fauna y donde no existe la voluntad de realizar campañas sistemáticas sobre esa problemática.

Por este lado del mundo hemos tenido algunos ejemplos, el plan “Quisqueya Verde” y una más reciente por la Z101, en el programa “La Receta Médica de la Zeta” bajo la dirección de los Doctores Mario Lama, Lidia Soto y Héctor Guerrero Heredia, una idea del primero por la preocupación de la deforestación de su provincia, Neiba, realizando una campaña ya no local sino nacional de sembrar un árbol este sábado 26 de julio, incluida una gira hacia la ciudad de Neiba; una inquietud que debe ser leída, seguida por todos, para todo el año, para todo el tiempo.

Es la manera más idónea de hacer cambiar el rumbo de los acontecimientos climáticos que surgen cada año, la falta de agua, el calor y sobre todo la gran incidencia que tiene estos fenómenos en la salud del ser humano y que en su mayoría tienen que ver con la hipertensión arterial.

Y como expresa el Sr. Julian Fuertes: “También podemos señalar lo que dice el Dr. Lioger en su publicación Los Arboles Dominicanos, en relación con la deforestación indiscriminada del Ébano Verde, en la República Dominicana: Lo que fue una región cubierta de tupidos bosques con frondosos árboles, orquídeas, helechos y muchas plantas de interés económico, científico y ornamental, se ha transformado en una ladera rocosa sin vida.

Las aves ha emigrado a otras partes donde hala árboles que les ofrecen abrigo y alimento; los insectos están casi totalmente ausentes, y el poco suelo que queda esta siendo arrastrado hacia lo que fueron arroyos de limpias aguas, y ahora no son mas que torrentes de un día de aguacero, que lean en sus turbulentas aguas la tierra que el agua arranca a las laderas de las montañas. Allí donde crecía majestuosamente el Ebano Verde, no queda ni rastro de bosque.

El amor al árbol y con el al bosque como conjunto de árboles, por parte del hombre como su conservador o administrador, le exige sabiduría, rectitud de espíritu y justicia, y le prohibe consiguientemente el descuido, la ignorancia, la irracionalidad, la avaricia, la agresividad y perversidad”.

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