lunes, 28 de julio de 2008

Sembrando con la Z

Juany Uribe
7/28/2008
LISTIN DIARIO
PUNTOS DE VISTA
El pasado sábado, 26 de julio, se convocó a todos los dominicanos a participar en una gran jornada de reforestación nacional, patrocinada, entre otros, por la emisora Z-101, cuyo principal vocero fue el doctor Mario Lama –a quien no tengo el gusto de conocer- uno de los productores del programa La Receta Médica.

La inauguración del operativo fue en las montañas de Neyba a las diez de la mañana pero la convocatoria pedía a cada hijo de esta tierra sembrar un árbol en cualquier lugar del suelo patrio.

¿Qué es reforestar? Sencillamente establecer vegetación arbórea en terrenos con aptitud forestal; plantar árboles donde no existen o quedan pocos y cuidarlos para que se desarrollen adecuadamente. Es decir, que solamente necesitamos el deseo y la voluntad para hacer algo muy simple pero que rendirá hartos beneficios para todos.

Los bosques son el ecosistema más valioso del mundo y juegan un papel fundamental en la regulación climática, en el mantenimiento de las fuentes y los caudales de agua y en la conservación de los suelos; por eso son el patrimonio natural más importante y valioso con que cuenta la humanidad, pero también el más amenazado y depredado por la mano del hombre.

Esta columna se solidariza con la hermosa iniciativa de la Z y pide a los medios de comunicación y a los dominicanos de buena voluntad que apoyen de todo corazón no solamente esa campaña sino también la cruzada que condena la extracción de arena de los ríos que encabeza el Dr. Ricardo Nieves, miembro de la familia de la Z al igual que el Dr. Lama. Para ambos y para todos los que aman la naturaleza, los siguientes párrafos extraídos de la Oración del Árbol, dirigida a todos los pasajeros de la vida: “Pasajero: Yo soy la tabla de tu cuna, la madera de tu barca, la tabla de tu mesa, la puerta de tu casa, el mango de tu herramienta, el fruto que te nutre, la sombra que te cubre, la hermosura del paisaje, la leña que te calienta, el perfume que te envuelve, el bastón de tu vejez y tu ataúd. Pasajero, soy el árbol, por favor no me hagas daño”.

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